¡El Esplendor de Cuatro Mundos!

Sigamos. En esta nueva entrega quiero describir, brevemente, el espacio desde donde vamos a volar al universo, al cosmos, al espacio infinito, sin límites ni barreras…, allá a donde la imaginación y las ganas de llegar nos lleven… El Ecuador es un diminuto país ubicado en el Paralelo 0, el sitio más cercano al sol y, por lo tanto, el que mejor refleja su brillo y su calor, es la tierra que contiene el 8% de todas las especies animales y un 10% de la flora existentes en el planeta (Ministerio de Turismo 2008).

Ya desde hace una década, aproximadamente, se promociona oficialmente a Ecuador, en todas las latitudes, como “El país de los cuatro mundos”. Cierto, muy cierto. Somos orgullosos de pertenecer a este mágico país, privilegiado por su indescriptible biodiversidad y la belleza escénica que le caracteriza.

Esta geopolíticamente organizados en 24 provincias y 4 regiones, cada uno de éstas constituye un mundo diverso, diferente con especificidades fenotípicas y genotípicas muy marcadas,; todo esto atrapado en una superficie de 283.560 kilómetros cuadrados, según lo afirma el Instituto Geográfico Militar. Veamos brevemente sus perfiles.

Mundo insular (Archipiélago de las Galápagos), conformado por 17 islas de origen volcánico ubicado en el Océano Pacífico, en aguas ecuatorianas. Fue descubierto incidentalmente en 1535 por Fray Tomás de Berlanga, cuando intentaba llegar a tierras de Perú. Primero fue llamado “Islas Encantadas” porque su dinámico oleaje parecía, en una ilusión óptica indescriptible desaparecer y reaparecer el árido paisaje donde aún no aparecía vestigios de civilización humana. Muchas tortugas, iguanas, focas, aves… Luego se lo conoció como “el Archipiélago del Ecuador” cuando las islas fueron anexadas en nuestro mapa allá por 1832.

En 1835 el científico y naturalista británico Charles Darwin visitó las islas por primera vez para estudiar su flora y fauna extraordinarias, se inspiró en sus increíbles observaciones, investigaciones científicas y vivencias, para concretar uno de los aportes más significativos del Siglo XIX, su famoso y legendario libre sobre “El Origen de las Especies por Selección Natural”.

La UNESCO en 1978 declaró al archipiélago “Patrimonio Natural de la Humanidad” y seis años después la denominó “reserva de Biosfera”, Pese a que en un momento de su historia fue cárcel donde se custodiaba a peligrosos delincuentes, hoy es un paraíso natural al que toda la diversidad humana anhela visitar y preservar.

Mundo litoral, está conformada por 7 provincias costaneras cálidas y coloridas, famosas por sus deliciosas playas, exquisita gastronomía y características antropológicas generadas por múltiples e incidentales desembarcos africanas, durante la época de la esclavitud en el siglo XVI; se destaca también la presencia del pueblo montubio, de origen campesino/mestizo, asentado en las zonas rurales de las provincias costeñas. Pueblo bravío, los montubios son protagonistas de importantes episodios de nuestra vida republicana.

Este caleidoscopio natural ha dado origen a una gran riqueza de tradiciones y folklore de valor inigualable, en la que varios novelistas, poetas, pintores y demás artistas se han inspirados para crear obras reconocidas en el ámbito internacional, por ser dignos representantes de la cultura costumbrista ecuatoriana.

Y también ahí, a orillas del serpenteante río Guayas, se alza esplendorosa la “Perla del Pacífico”, la ciudad de Guayaquil, moderna, dinámica, siempre activa…, es la turbina y la capital comercial de Ecuador, ¡nuestro mayor puerto marítimo!, con todas sus implicaciones….

Mundo andino, compuesto por 10 provincias de la serranía, empotradas en un fantástico callejón de montañas y nevados coronados con nieves perpetuas, mismos que proporcionan al viajero uno de los paisajes más sublimes de La Tierra, cubiertos siempre con tapetes de retazos multicolores, bellamente dibujados por los agricultores que pintan las laderas con sus siembras, diversificadas y abundantes. ¡Una visión inolvidable!

Salpicada de pequeñas comunidades campesina, comunidades indígenas asentadas desde la época prehispánica, ciudades emblemáticas que dan cuenta de las épocas colonial y republicana, la serranía ecuatoriana es un libro de historia abierto al mundo. En contraste, se levantan ciudades modernas y bien desarrolladas que compiten por su hospitalidad y por la calidez de sus habitantes.

Se destaca, sin embargo, la fantástica y milenaria ciudad de Quito, capital de Ecuador, recostada en las faldas del soberbio y majestuoso volcán Pichincha (¡mi gran amor!), que fuera declarada por la UNESCO como el primer “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, el 8 de septiembre de 1978, por la magnificencia de su Centro Histórico y Casco Colonial. Ciudad de cuentos, leyendas, tradiciones, calles estrecha y amplias avenidas, moderna y recoleta, silente y bulliciosa es, además el Centro de Gobierno Nacional.

Quito, “la carita de Dios”, es un ejemplo de mestizaje y sincretismo de toda índole. ¡Religioso, idiomático (el “habla quiteña” es muy particular), cultural, gastronómico, arquitectónico!

La hispanidad forma parte de la quiteña cotidianidad.

Finalmente, la cereza del pastel, el Mundo amazónico, constituido por 6 provincias orientales que son el hogar de 11 nacionalidades conformadas por pueblos originarios y culturas ancestrales, que aún conservan sus características fenomenológicas. Algunas de ellas por su propia decisión continúan siendo pueblos no contactados como, por ejemplo los tagaeri y taromenane, de los que apenas se tienen vestigios de su existencia.

No obstante, la amazonia es mucho más que eso. Es el mas importante pulmón planetario, la mayor reserva de biósfera y de biodiversidad…, ¡cuidado…! En esto último no me refiero exclusivamente al oriente ecuatoriano…, no. Me refiero a la cuenca amazónica en su totalidad, desde el Atlántico hasta el Pacífico. Sin duda es el mejor pedazo de tierra del planeta que luchamos por conservar.

También esta maravillosa y pujante selva tropical, será el principal escenario y espacio para nuestros próximos encuentros virtuales en los que puntualizaremos temas de común interés. Me gustará mucho hablarles sobre su riqueza faunística y flora exuberante y variopinta; de su gran riqueza turística y posibilidades de grata permanencia; de su comercio fluvial gracias a un sistema de vías navegables privilegiado… ¡en fin! Vamos a darle al mundo amazónico un trato muy especial en esta ventana. Hablaremos de la creatividad de sus hijos para darle sostenibilidad y hacer viable un desarrollo amigable y respetuoso de su entorno natural.

Ahora me despido con un gran abrazo ecuatorial, tan fuerte como el esplendor de mis cuatro mundos. ¡Esperaré y agradeceré sus valiosos comentarios!